¿Sabías que en el momento de ser concebidos, todos los fetos tienen circuitos cerebrales femeninos y que no es hasta la octava semana de vida fetal que los testículos del feto masculino empiezan a liberar tales cantidades de testosterona que los circuitos cerebrales se masculinizan? ¿Y sabías que la zona del cerebro que determina el impulso sexual es el doble de grande en los hombres que en las mujeres? Esto y mucho más es lo que explica Louann Brizendine en sus obras El cerebro femenino (2006) y El cerebro masculino (2010).
Brizendine es una neuropsiquiatra norteamericana que se ha dedicado a estudiar cómo el cerebro y de las hormonas influyen en el ser humano a lo largo de cada fase de su vida. Empezó estudiando el cerebro femenino, impulsada a descubrir qué explicaba los cambios de humor de las mujeres y la influencia de las hormonas en nuestras motivaciones y proyectos vitales. ¿Porqué las niñas prefieren jugar con muñecas o a fantasías del tipo “tú serás el médico y yo el paciente” ? ¿Porqué las adolescentes ponen tanta importancia en su imagen? ¿Qué hace que muchas mujeres sintamos el impulso de ser madres? Todos estos descubrimientos los plasmó en su primer libro El cerebro femenino.
Unos años más tarde siguió el libro El cerebro masculino, donde intentó dar respuestas (y lo consigue) a todas esas preguntas que nos hacemos las mujeres con respecto a los hombres: ¿Por qué es tan importante para ellos el sexo? ¿Por qué les gusta tanto el fútbol y los coches? ¿Qué hace que unos hombres deseen formar familia mientras que otros parece que no tienen ningún interés en formar pareja estable?
Brizendine da un repaso de qué pasa biológicamente en nuestro cerebro y a nivel hormonal en cada fase de la vida y explica las diferencias que producen no solo entre hombres y mujeres, sino también lo que puede explicar las diferencias entre las personas del mismo sexo. También son interesantes los apuntes que va haciendo sobre lo que es “innato” o lo que pude ser “cambiado” o “estimulado”. Por ejemplo, en el capítulo “el cerebro de papá” explica que el instinto protector del padre hacia el hijo se refuerza gracias a las reacciones hormonales que produce en el hombre estar en contacto con el bebé. Por tanto, aunque en el momento del nacimiento sea la madre la que tenga mayor instinto maternal, si se le da la oportunidad, el instinto del padre puede llegar a desarrollarse con la misma intensidad.
Aunque a primera vista parezcan “tochos”, lo cierto es que resultan sencillos de leer, están llenos de historias reales con ejemplos prácticos y en apenas 165 páginas (la mitad del libro son notas y bibliografía) te da una visión muy completa y fascinante que te ayuda a comprender, desde un punto de vista biológico, cómo funcionamos los hombres y la mujeres. Si quieres comprenderte un poco mejor a ti mismo, a tu pareja, a tus padres o a tus hijos… es una lectura que no te puedes perder.
Para dar un primer paso y descubrir un poco más, te recomiendo esta entrevista que realizó Eduard Punset en el 2007 donde la autora revela alguna de las ideas principales de su primer libro.